La primera infancia es definida por UNICEF como el periodo que va desde el nacimiento hasta el ingreso en la escuela primaria. Es una etapa crucial donde las conexiones neuronales del cerebro ocurren a una velocidad que no se repetirá en la vida, siendo la base para el desarrollo de todas las habilidades fundamentales necesarias para un crecimiento sano y feliz. En México desde 2019 la educación inicial se reconoció como un derecho de niñas y niños, asimismo en la reforma constitucional publicada ese mismo año se estableció que el Ejecutivo Federal definiría la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI) para determinar el esquema de gradualidad de su impartición y financiamiento hasta alcanzar la universalidad.
Uno de los desafíos más importantes ha sido la parte cultural, pues suele considerarse que en la primera infancia las niñas y los niños solo necesitan atención a sus necesidades básicas. Lo anterior se ha reflejado en que la matrícula de este nivel educativo sea la más baja de todo el sistema obligatorio.
La reforma constitucional en materia educativa fue un acto vanguardista que ha permitido dar prioridad a las acciones y decisiones para la educación y el cuidado de niñas y niños. Por ello, con el fin de fortalecer la cobertura de atención y servicios de educación inicial, es que se propone exhortar a la dependencia federal a que entable las campañas, programas y medidas de coordinación que estime necesarias para concientizar a las familias y ampliar la cobertura de este servicio en miras a garantizar su universalidad.